lunes, 29 de octubre de 2007

lunes, 22 de octubre de 2007

LECTURA DE UN TEXTO CINEMATOGRÁFICO

El método tiene seis fases:

A) Lectura atenta de la obra o conocimiento preciso de la misma.

- Para la comprensión de la película se hace preciso: Fijar la atención en lo que estamos viendo y no ver distraídamente. Para ello conviene tomar algunas notas. De muchas películas importantes poseemos hoy día el guión, es decir, su texto escrito. Nos podemos ayudar del mismo a la hora de comenzar la explicación de la película. Una amplia descripción del argumento contribuye al mejor conocimiento de la obra cinematográfica. No se trata de un simple resumen o síntesis, sino de un desarrollo lo más completo posible, donde se fijen las distintas acciones, los acontecimientos en el mismo orden en el que han aparecido en la película, los personajes principales, sus atributos, gestos y palabras más importantes, así como los diálogos esenciales.


B) Localización de la obra cinematográfica.

- fijar el género cinematográfico y literario al que pertenece la obra. ¿Estamos ante una tragedia o una fábula? ¿Es un documental o una película, bélica? ¿Es un filme de fantasía o de ciencia-ficción?

C) Determinación del tema o temas de la película

.- El asunto o tema de una obra cinematográfica es la trama de acontecimientos en que consiste la obra, una breve narración que conserva los detalles más importantes de la película. El tema o temas, pues puede haber varios, se fija disminuyendo al mínimo posible los elementos del argumento y reduciendo este a nociones o conceptos generales. Para expresar el tema basta una frase o dos.

D) Determinación de la estructura.

- Una obra no es un caos. El autor construye la obra, la va componiendo. Componer es colocar las partes de un todo en un orden tal que puedan constituir ese todo. Toda obra, por pequeña que sea, posee una construcción, una composición o una estructura precisa. No podemos olvidar que las partes de una película se relacionan entre sí. Nos interesa destacar, otra vez, la existencia en cualquier película de partes , de unidades narrativas. El tema está siempre distribuido entre las partes de la obra. Esta distribución es la estructura.

E) Análisis de la forma.

- La explicación de una obra consiste en justificar cada rasgo formal de la misma como una exigencia del tema, pues son inseparables. Hay, pues, que realizar el análisis de la forma partiendo del tema. No hay que confundir forma con medios técnicos empleados.

F) Conclusión.- Una vez estudiadas las fases anteriores, debes componer un relato con todas ellas, que será la conclusión o síntesis de la lectura del texto cinematográfico.



PROPUESTA DE ACTIVIDAD: Ejercicios sobre el nivel narrativo

· Tras la proyección de una película; identificar el tema, las fuerzas o personajes que antagonizan y el conflicto en el filme.

· Identificar cuántas y cuáles son las escenas fundamentales en las que queda expuesto el conflicto y proponer otra resolución para el mismo.

· Traducir la historia de la película en un cuento de una página.

· Realizar un listado de los personajes de la película, caracterizarlos con cinco adjetivos e identificar los valores que sostienen cada uno de ellos.

· Elegir un personaje de la película y reescribir la historia que cuenta de acuerdo a su punto de vista. Pueden escribirse tantas historias como personajes tenga la película.

· Trasladar una historia que transcurre en un momento del pasado al presente o al futuro. Tener en cuenta la ambientación y la actualización de los personajes según el momento histórico.

PROPUESTA DE ACTIVIDAD: Ejercicios sobre el nivel narrativo

· Tras la proyección de una película; identificar el tema, las fuerzas o personajes que antagonizan y el conflicto en el filme.

· Identificar cuántas y cuáles son las escenas fundamentales en las que queda expuesto el conflicto y proponer otra resolución para el mismo.

· Traducir la historia de la película en un cuento de una página.

· Realizar un listado de los personajes de la película, caracterizarlos con cinco adjetivos e identificar los valores que sostienen cada uno de ellos.

· Elegir un personaje de la película y reescribir la historia que cuenta de acuerdo a su punto de vista. Pueden escribirse tantas historias como personajes tenga la película.

· Trasladar una historia que transcurre en un momento del pasado al presente o al futuro. Tener en cuenta la ambientación y la actualización de los personajes según el momento histórico.

Realidad + interpretación + representación = COMUNICACIÒN

Objetivo e idea:

El curso se articulará a partir de los conceptos de puesta en escena, puesta en cuadro y puesta en serie, entendidos como los tres niveles de representación en el lenguaje cinematográfico;

Puesta en escena: el plano del contenido. Puesta en cuadro: el plano de la asunción y presentación del contenido. Puesta en serie: relaciones y nexos de cada imagen con la que le precede y le sigue. El sentido.

Los pioneros. Los Lumiere: captura del lo “real”; puesta en cuadro; punto de vista. Melies: puesta en escena; la acción dramática. Griffith: puesta en serie; progresión dramática.

"La cámara, un lenguaje\"

Recursos expresivos: encuadre, planos, foco, campo. Altura, angulación, movimientos de cámara. Profundidad de campo, fuera de campo. Iluminación.
Recursos técnicos: funcionamiento básico. Ópticas y accesorios.

Las tres etapas en la producción de una película: preproducción, rodaje y postproducción.

Sinopsis

Es una síntesis o resumen de lo que pasa en la historia que queremos contar. Simplemente describimos, en tiempo presente, las acciones que se suceden en la historia.

Tanto el tema como la sinopsis nos van a servir de guía y de herramientas para hacer el guión definitivo: la sinopsis es una especie de esqueleto o la estructura que nos permitirá desarrollar en detalle, en el guión, los sucesos y acontecimientos descriptos someramente, los escenarios necesarios, la cantidad de actores y otras necesidades de producción, nos permitirá también definir las secuencias.

Veamos un ejemplo de story line ofrecido por Graham Greene, el famoso novelista y guionista inglés:
"Fui al entierro de un amigo. Tres días después, él caminaba por las calles de Nueva York”.

De aquí surgió el siguiente story line, que dio lugar a la película El tercer hombre.

"Jack va al entierro de su amigo en Viena. No se resigna, investiga y termina descubriendo que su amigo no ha muerto; está vivo y fingió su propio entierro porque era buscado por la policía. Descubierto por la curiosidad de Jack, el amigo es abatido por las balas de la policía."

Mas allá del ver esta el mirar


El ver es natural, inmediato, indeterminado, sin intención; el mirar, en cambio, es cultural, mediato, determinado, intencional. Con el ver se nace; el mirar hay que aprenderlo. El ver depende del ángulo de visión de nuestros ojos, el mirar está en directa relación con nuestra forma de socialización, con la calidad de nuestros imaginarios, con todas las posibilidades de nuestra memoria.

El ver busca cosas; el mirar, sentidos.

Toda mirada configura, da nueva figuración. La mirada es la primera manifestación artística del hombre; un arreglar el mundo. La mirada es ya principío estético.

El hombre abrió los ojos y vió muchos seres, muchas cosas... lo que anhelaba ver y no encontraba, lo que ansiaba tener y no veía, lo convirtió en mirada. Lo hizo obra suya.

Del ver no proviene la belleza; es al mirar a quien le corresponde la gestación, el anhelo de lo perfecto. Las formas artísticas son, de por sí, miradas. Armonía, proporción, equilibrio, son estrategias del mirar; creaciones, símbolos de una antigua batalla entre la especie y la historia; una lucha entre lo dado y lo creado.

Un mirador es un sibarita: usa sus ojos para hacer espectacular lo que ve. El mirador convierte, transforma lo inmediato (visto por el mirón) en mediatez; lo obvio en obtuso, diría Barthes. Un mirador dispone, arregla, ilumina, agrega, superpone, maquilla, oscurece, emborrona, se acerca, se aleja... Un mirador de gusta, cata, rumia lo que el mirón traga con premura. Un mirador estudia, tiene un estudio; el mirón -por su afán y su pereza- se contenta con que otros le presten o le hagan la tarea. Un mirón no participa del juego; el mirador es un jugador.

El mirón es morboso; el mirador, erótico. El mirón busca la satisfacción rápida del placer; el mirador la lenta y nunca abarcable piel del goce. Por eso el mirón se aburre con facilidad, y de allí también la necesidad de nuevas cosas para ver; el mirador nunca se cansa de mirar el mismo cuerpo, la misma figura, el mismo rostro. Un mirador descubre nuevos tintes, nuevas formas; otras sombras, otros gestos. El mirador nos revela lo que el mirón apenas reconoce.

Un mirador, además de ser una persona, es un lugar. Como el señor Palomar, ese personaje de Italo Calvino, meticuloso, atento, exquisito; ese explorador de la mirada que podía leer una ola, una estrella, los amores de las tortugas o la piel de las iguanas. El señor Palomar, mirador de la luna de la tarde, la luna que nadie mira y que necesita mirarse "puesto que su existencia está todavía en veremos". El señor Palomar, mirador insigne que, desde una terraza, desliza miradas de pájaro sobre la ciudad:

"La forma verdadera de la ciudad está en ese subir y bajar de los techos, tejas viejas y nuevas, acanaladas y chatas, cumbreras gráciles o pesadas, pérgolas de cañizo y cobertizos de fibrocemento ondulado, barandillas, columnitas que sostienen macetas, albercas de chapa, tragaluces, lumbreras de vidrio, y sobre todas las cosas se alza la arboladura de las antenas de televisión, derechas o torcidas, esmaltadas u oxidadas, en modelos de generaciones sucesivas, diversamente ramificadas y retorcidas y aisladas, pero todas flacas como esqueletos e inquietantes como totems".

Hay una serie de miradas que quitan la vida y otras que la restituyen. Miradas que matan; miradas que alientan. Miradas que aplastan, imposibilitan, encarcelan, intimidan o nos dejan ciegos. La otra clase de miradas son las que vivifican, las que nos dan un nuevo aire, una esperanza. Miradas livianas éstas, imperceptibles, sutiles. Miradas que son como aire, como brisa; miradas aladas, miradas liberadoras y liberatorias.

Miramos desde lo que somos. "Todo es según el color del cristal con que se mira", dice un adagio. Es imposible, por lo mismo, encontrar sentidos fuera, si no los hay primero dentro de nosotros. Un ritmo pictórico, una forma exquisita, un gesto imperceptible, no cobran sentido sin un ojo educado, sin un ojo cuidadoso capaz de mirarlos: "un ángel sólo puede estar en la mirada de quien lo descubre". Digamos que hay grados en la mirada; desde la más obvia, la más cercana al mero ejercicio de ver, hasta la más fina y aguda, la mirada de Sherlock Holmes:

La mirada atenta, perspicaz, la "mirada de lince o de Linceo" sabe que la importancia de lo infinitamente minúsculo e incalculable, y que la punta visible del iceberg no es sino una novena parte de todo su volumen invisible. La mirada más viva y penetrante, la que infiere y abduce, es la mirada

La mirada dice sin hablar. Es un lenguaje especial. Un acto, una pragmática. De allí su poder y su carga de seducción. Sin que pronunciemos una palabra, la mirada establece puentes de comunicación, inaugura sentimientos, enciende pasiones. La mirada comunica y comunica ambiguamente. Es misteriosa. Abre y oculta a la vez. Sólo un mirador avisado conoce bien las fases del mirar, sus ciclos, sus tonalidades. La mirada, en su ambigüedad, puede conducir a un lado o a otro; y importancia de las mangas, de los sugerentes que lo que leemos como cerrazón, mirándolo con detenimiento, puede llegar a ser disponibilidad, apertura. Con la mirada nos entregamos o nos guardamos; nos colocamos distantes o nos situamos -sin movemos- al lado, junto a alguien que deseamos. La mirada, entonces, opera como un código en donde cada signo pronuncia palabras inaudibles. Mirar es aprender a auscultar con los ojos.

La mirada es el habla del silencio. Callar es hablar con la mirada. Por eso los mayores dolores, las más grandes felicidades las expresamos con miradas. En silencio. Y ese dicho que afirma que los ojos son la ventana del alma, no hace sino corroborar una idea anterior: la mirada no está en los ojos. Es más que ellos. La mirada sale de nosotros por la ventana de nuestros ojos, alumbra. El cuerpo, solidez de carne, deja entrever un centro de
luz cuando abrimos los ojos. Adentro, lo opaco es claridad.

Es nuestro objetivo, como taller, realizar un aporte al papel que juegan la Creatividad y el Juego en la construcción de los nuevos paradigmas en las prácticas cotidianas.

Los seres humanos nos encontramos atrapados en una trama que hemos construido en diferentes campos. La tecnología, la economía, las comunicaciones, constituyen ejemplos que marcan la situación paradojal que debemos abordar y resolver. El mismo avance sobre la naturaleza pone en riesgo la vida del planeta.

La razón de ser de la creatividad es convertirse en una herramienta para construir una nueva perspectiva de la realidad. Es necesario un salto cualitativo que le permita al hombre pensar, sentir y hacer, modificando sustancialmente los resultados para permitir a los otros y permitirse a sí mismo una vida más plena.

La creatividad y el juego son componentes básicos y determinantes de este cambio.

Así como pensamos, así hacemos: percibimos el mundo, tratamos de explicarnos la realidad o intentamos comprendernos a nosotros mismos. Nuestras maneras de pensar y los modelos de pensamiento producidos en los diversos momentos de la historia han terminado por dar forma tanto a nosotros como a nuestro planeta.

Sí se aprende a descubrir qué nos bloquea, por qué y para qué. Se aprende a comprender las condiciones que favorecen u obstaculizan nuestro proceso y producto. Estos aprendizajes contribuyen a formar un Yo más potente, más fuerte para vivir cada circunstancia que la vida nos plantea y poder dar respuestas nuevas a viejos y nuevos problemas o situaciones. Se trata de entrenar todas las posibilidades de despliegue en todas las áreas del quehacer humano.

Creatividad y actitud lúdica no constituyen un lujo o accesorio prescindible en el mundo de hoy. Por el contrario, se requiere de ambas para realizar lecturas pertinentes con el objetivo de abordar, encaminar, generar, articular, resolver. La creatividad está presente tanto en la búsqueda de satisfacción personal como la captación de un nuevo concepto.

El juego está presente en el proceso y producto creativo. Uno de los requisitos para el desarrollo de la creatividad es la presencia de una actitud lúdica frente a los estímulos externos e internos que se presentan. La actitud lúdica contiene la flexibilidad y el fluir, que son a su vez componentes básicos de la creatividad.

La creatividad y la actitud lúdica permiten al ser humano realizar una ruptura con los objetos inmediatos de la percepción y con las concepciones que han regido los caminos de la ciencia y la experiencia. El movimiento de los planetas no cambia; lo que cambia fue la forma conceptual a través de la cual interpretamos la realidad.

Apostamos a la creatividad y la actitud lúdica para cambiar y proyectar un mundo más humano y un hombre más pleno.

La mirada, hemos dicho, también es un lugar. Digamos ahora que hay sitios especiales para que la mirada "goce". La ventana, el balcón, el palco, el mirador, la terraza, el altillo. En todos estos lugares lo que se busca es un sitio privilegiado.

Una fotografía es un ver y un mirar. El trabajo del fotógrafo, lo sabemos, es esculpir con luz. El fotógrafo talla, es decir, mira. Y cada mirada suya esculpe sobre el papel un rasgo, una parte, un ángulo.

Cada fotografía nos recuerda, nos permite reconocer que lo real está hecho de tiempo. Un álbum de fotografías es un cementerio de miradas.

Es que mirar es tanto como conocer. Y el conocimiento no es para todos los ojos, ni puede aprenderse todo de una vez. El mirar es una iniciación. Interdictos y transgresiones nos moldean, nos afinan en el mirar. Mirada y crecimiento van de la mano.